martes, 30 de noviembre de 2010

Kevin McAlea

99 sueños he tenido,
y en cada uno un globo rojo.
Todo ha acabado y casi sigo en pie
entre este polvo que fue una ciudad.
Si pudiera encontrar un recuerdo,
sólo para probar que el mundo estuvo aquí,
y aquí hay un globo rojo...
Pienso en tí, y lo dejo ir.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Viento Sur

La vereda forjada hace tanto tiempo,
conserva su calor de hierro endurecido.
La carretera que algún día se construyó,
esa misma, la que no se usara jamás.

Vos, el ultimo habitante de ese pueblo,
al que perteneciste y fue olvidado,
junto con la carretera,
en la que ahora reposas recordando...

Flecha azul de madera,
fuego que quema,
llama dura,
sangre seca.

Dejaste el pueblo que nunca fue visto,
caminás por la ruta,
te agota la distancia,
es tanto lo que buscas...

Sos una grieta en el camino,
andas sabiendo que para vos no tiene fin.
No verás a nadie en la vera,
solo hasta morir.

A lo lejos se vislumbran cabellos,
debe ser el ángel, ha vuelto.
Sus manos saludan tu cuerpo dormido,
sobre el asfalto candente que anuncian el frío.

Tus ojos se cierran de paz,
soy yo el que me acerco,
de negro vengo a tu tumba.
Ya no imploras, buscas el Sueño.

Tu aliento ya es viento,
vuelve a la profundidad de la selva.
El cielo riega la tierra,
ahora que vos formás parte de ella...

sábado, 13 de noviembre de 2010

La ultima visita al hospital.

  Estoy en la misma sala de espera, como ayer, como el mes pasado, cono el año pasado... Su estado mental es muy vulnerable. Día a día espero el momento en que salga por la puerta y volvamos a nuestro hogar.
  Un médico se me acerca y me dice que allí dentro quieren hablar conmigo.
  Mi mente esta totalmente saturada. La carga económica y la tensión de saber que su vida pende de un hilo, hace tiempo que no me ha dejado dormir.
  Paso frente a un espejo, las ojeras se me marcan profundamente y en mi frente arrugada se vislumbra cansancio. Mis ojos, inyectados, están cansados de llorar.
  Giro el picaporte y entro a la sala donde me la encuentro postrada en una camilla. La imagen me lastima el alma: ojos vacíos que miran a la nada, intravenosa en su brazo derecho y un respirador artificial. Su piel, amarillenta, parece irse pudriendo. Un hilillo de baba se le escapa de la comisura de sus labios, que han perdido todo su color.
  Me aproximo y pienso que no me escucha, pero cuando llego a su lado me habla con una voz ronca:
- ¿Te quedaste a dormir en la sala de espera?
- Si.- Le respondí, incómodo.
- Mi...- Toce y tarda unos segundos en recuperarse.- Mi enfermedad no avanza, pero tampoco retrocede.
 Las palabras me produjeron una puntada en el pecho. De repente, se puso seria.
- Escuchame.- Parecía haber recuperado algo de las energías.- Tenes que dejarme, tenes que retomar tu vida.
- ¿Cómo? No podría abandonarte aquí.- Estaba inseguro.
- No es cuestión de lo que quieras.- Se tomo su tiempo para recuperar el aire. Estaba agitada.- No podes seguir pasando tus días en esa sala de espera. Mi vida de mierda está contaminando la tuya. Por favor, dejame, no vale la pena.- Mi corazón parecía detenido.- Sabemos que nunca voy a salir de este lugar, que me voy a morir viendo estas paredes blancas.
  "Pensé desde hace mucho en esto, Funes.- El escuchar mi nombre me produjo escalofríos.- Estoy rota, solo quiero morir en paz. Y no puedo soportar verte así, si volvés al hospital, no voy a dejarte entrar. No te quiero ver nunca más.
  Con los ojos llenos de lagrimas me di vuelta y salí de la habitación sin despedirme. Sus palabras fueron como puñaladas en mi pecho, pero una parte de mí comenzaba a aliviarse. Mientras voy por el pasillos, escucho un alarido de dolor que proviene de la habitación. Dos enfermeros entran rápidamente y yo sin poder soportarlo hecho a correr...
   Fuera las nubes cubren el cielo en su plenitud. Presiento que para siempre voy a tener que soportar, estas inmensas ganas de querer morirse, de no poder parar de llorar.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Nosotros, los suicidas.

          Los que poseemos el vértigo,
    no tememos hundirnos en una acelerada muerte,
                                                                                                              la vista del infinito,
                        nos da el miedo de caer,
                                     ante la seducción del suicidio.


Los vectores no tienen márgenes.
    Los edificios como piernas de mujer.
            El pecho embriagado del placer
que solo da ese impulso al vacío.


La pérdida de la profundidad,
                                        en un oscuro mar de dos dimensiones,
                                                                                               que te arrastra a lo mas bajo.


La vida es tan efímera,
                                                                          que solo pensarlo,
             podría arrebatar mi ultimo instante…


viernes, 5 de noviembre de 2010

Noviembre

Furia de Noviembre,
odio demasiado débil,
esperanzas, pero estoy cansado del viaje...

Las calles de petróleo
y la luz de enero.
Me arrastro en el suelo,
y siento los pasos que me siguen
con sonido a destrucción.

Ráfaga de viento blanco.
Una descomposición de segundos.
Lluvias de magma volcánico.
Cohesión que incomoda la mente.

Todos los noviembres son iguales,
milibares que alcanzan grados imposibles,
él también debe estar cansado,
él también nos debe odiar...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

...

-¿Cual es tu mayor temor?- Le pregunté.

-Perder mi pene en un accidente. ¿Y el tuyo?

Incómodo, respondí:

-Perder mi vida en un accidente...