domingo, 16 de noviembre de 2008

Meditación


La palabra meditación viene del latín meditatio, que originalmente indica un tipo de ejercicio intelectual. De este modo, en el ámbito religioso occidental se ha distinguido entre meditación o contemplación, reservando a la segunda un significado religioso o espiritual. Esta distinción se vuelve tenue en la cultura oriental, de forma que al comienzo de la influencia del pensamiento oriental en Europa, la palabra adquirirá un nuevo uso popular.
Este nuevo uso se refiere a la meditación propia del yoga, originada en India. En el siglo XIX, los teósofos adoptaron la palabra meditación para referirse a las diversas prácticas de recogimiento interior o contemplación propias del hinduismo, budismo y otras religiones orientales.
La meditación se caracteriza normalmente por tener algunos de estos rasgos:
• un estado de concentración sobre la realidad del momento presente
• un estado experimentado cuando la mente se disuelve y es libre de sus propios pensamientos
• una concentración en la cual la atención es liberada de su común actividad y focalizada en Dios (propio de las religiones teístas)
• una focalización de la mente en un único objeto de percepción, como por ejemplo la respiración o una recitación de palabras constante.

La meditación no sólo puede tener propósitos religiosos sino que puede estar también enfocada al mantenimiento de la salud física o mental e incluso propósitos de conexión cósmica para encontrar respuestas a preguntas universales que a lo largo de la Historia el Hombre ha tenido. Existe una amplia variedad de guías y enseñanzas para la meditación, que van desde las que aparecen en las religiones hasta las terapéuticas pasando por las propias ideologias de ciertos individuos. Estudios científicos han demostrado que algunas técnicas de meditación pueden ayudar a mejorar la concentración, la memoria y mejorar el sistema inmunológico y la salud en general
Tipos de meditación
De acuerdo con Pérez De Albeniz & Holmes (2000), las diferentes técnicas de meditación pueden ser clasificadas de acuerdo a su enfoque. Algunos enfocan al campo de la percepción y la experiencia, también llamada de conciencia plena. Otras enfocan a un objeto determinado, y son llamadas de concentración. Hay también técnicas que intercambian el campo y el objeto de la meditación.
Categorizar las variedades de meditación es difícil. No obstante, dentro de las tradiciones religiosas esto resulta siempre más sencillo. Si bien hay que notar que la meditación no tiene porqué tener en absoluto ningún trasfondo religioso, sino que es simplemente una herramienta.
Meditar, según el Zen, es la condición natural de la conciencia humana, capaz de comprender por sí sola el significado de su existencia, aun si esto ocurre a nivel del inconsciente. Esta percepción se interrumpe por la agitación o el interés en los asuntos particulares que absorben nuestra atención. La práctica de un sistema o rutina de meditación devolvería a la mente a ese estado básico y primordial. Algunos maestros Zen dicen que meditar es "tocar el corazón" del ser humano.
La meditación es importante dentro del budismo. Cada escuela tiene diferentes maneras y técnicas específicas. Para algunas es la forma por la cual la mente logra alcanzar un plano de realidad y entendimiento que va más allá de lo sensorial o aprendido, o se puede ampliar o controlar el espectro de motivaciones de la personalidad. En el Budismo Zen, sin embargo, se dice que la meditación es un estado natural de crecimiento si el ego no lo interrumpe. En el hinduismo, en las escuelas de yoga y vedanta, la meditación es parte de dos de las seis ramas de la filosofía hindú. En la práctica budista de Theravada, la meditación involucra tanto técnicas conocidas como Samadhi y Vipassana, así como el desarrollo de la bondad y el "conocimiento superior".
Las técnicas de aproximación a la meditación varían desde las que se basan en observar la respiración, en visualizar algún pensamiento positivo o imagen inspiradora, enfocar algún objeto o imagen (como un mándala), las invocaciones, hasta las que se basan en tipos de compleja "alquimia espiritual". También están las meditaciones sin objeto, desenfocando la tensión mental. Además de lo descrito más arriba sobre el pensamiento en la meditación, durante ésta pueden dejarse fluir libremente las imágenes mentales, sean claras o confusas, como cuando se está a punto de conciliar el sueño. También se puede dejar fluir las sensaciones, emociones, impulsos y energías corporales, normalmente sin intervenir en ellas pero sin dejarse llevar o enredar, de manera que muestran finalmente una tendencia a reordenarse por sí solas; aunque existen métodos de reflexión y técnicas de concentración en que la conciencia las puede manejar.

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