Una madre estaba por dar a luz; hasta ese momento, nada había cambiado. Pero cuando la partera logró sacar al bebé, notó algo que, en otras circunstancias, habría sido totalmente normal.
Inmediatamente la partera alegó que el bebé debía ser colocado en una incubadora por una complicación en el parto; ni siquiera dio tiempo a su madre para verlo.
Dejó al niño (o niña) en una sala de emergencias post-parto y se fue a buscar a su superior. Inmediatamente lo llevó a la sala y le dio un informe detallad: presión normal, respiración constante, pero una pequeña anormalidad: el niño había nacido con ropa interior (aparentemente blanca) teñida con la sangre de su propia madre. El hecho inexplicado fue llevado al circulo superior del hospital.
Sin dejarlo trascender más, se le ordenó a la partera anunciar a la madre que su hijo no sería devuelto hasta no superarse cierta anomalía.
Los médicos dejaron sus tareas y comenzaron a elaborar hipótesis para el caso; la consumición accidental de algodón, uso de condones de tela, una operación y la caída del paño para secar la frente del cirujano, supositorios de hilo, etc.
Nada llevaba a una solución clara. Resolvieron investigar directamente al niño. ¿Y si quitarle el calzoncillo le provocara la muerte? Un acostumbramiento tal (desde siempre) a un objeto podría causar una desestabilización, ¿y si no hallaban causa alguna? ¿Sería un misterio adjudicable a Dios (¿Qué clase de milagro era ése?) o se descubriría la farsa? Un caso difícil de develar y que probablemente no volvería a ocurrir.
A la mañana siguiente inventaron un diagnóstico a la madre y le devolvieron el niño sin su ropa interior. la ropa fue quemada y tirada en un contenedor común.
Este niño nunca existió, pero estoy seguro que ningún médico daría a conocer un suceso que pusiera en riesgo su oficio, su estabilidad mental y las leyes que ordenan el mundo.
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miércoles, 29 de julio de 2015
martes, 11 de febrero de 2014
Las cigüeñas de París en la época precolombina
Sé que muy pocos de ustedes se creen ese verso de muchos adultos mayores, que dicen que “ellos hacen el amor para traer hijos al mundo.” Mentiras.
El resto sabemos que a los niños los trae la cigüeña, ya que un proceso instintivo o de amaestramiento (todavía no lo tengo decidido) del animal la hace que cumpla su función vitalicia de distribuir niños desde la FSB (Fábrica Secreta de Bebés) a todas partes del mundo.
Y acá es donde empieza mi investigación; necesitaba saber cómo América era habitada por humanos sin la FSB o cómo enviaban a las aves allí. La realidad es que las cigüeñas sabían exactamente a donde se tenían que dirigir. Por ello, muchos franceses y portugueses se sorprendían al verlas alejarse de la costa con bebé embolsado y, mucho tiempo después, regresar con las patas vacías.
Muchos eran de la opinión de que las cigüeñas que se lanzaban al mar tenían deteriorado su instinto (o disciplina) y al no encontrar ningún ser humano o siquiera un pedazo de tierra, arrojaban a los recién fabricados al mar. Tantos bebés fueron y vinieron (¿Cómo iban las cigüeñas a controlar la tasa de natalidad de América si en la fábrica no se sabía nada de ello?) que los empleados de la FSB tuvieron que empezar a sacrificar animales para contener la ira del pueblo, cuyas mujeres esperaban un hijo que creían se les ahogaba en el mar. Por lo tanto, la iglesia tuvo que emitir un salvoconducto mediante esta hipótesis; “Los bebés que son enviados más allá del mar son hijos del demonio, y por ello las cigüeñas en nombre de Dios los ahogan en agua salada.” Estas palabras tranquilizaron a la turba, aunque no faltó algún anarquista que incendió algo.
Del otro lado del mar, en América, los nativos veían llegar a las cigüeñas del océano sin explicarse cómo esos diminutos seres les regalaban una vida. Las empezaron a divinizar, hicieron cultos, y aún hoy se mantienen en pie unas ruinas en las cuales se ve a una cigüeña de pico desgarrador y a un recién fabricado sostenido con sus garras. Lamentablemente, no me dejaron sacar fotografía alguna (seguramente para que las autoridades puedan seguir haciendo el amor sin ser juzgadas).
El tema que queda en incógnito es ¿A dónde se dirigió la primera cigüeña? ¿Habrá aceptado el mono a un hijo venido de un ave? ¿O se habrán necesitado muchas ocasiones para que uno finalmente cediera? Quizás el sistema de amaestramiento entonces era muy rudimentario, quizás el eslabón perdido haya caído irremediablemente al mar.
viernes, 17 de febrero de 2012
Claustrofobia de fantasma.
Se que muchos de los lectores de este estudio no creen en los fantasmas; bueno, a ellos les voy a pedir muy amablemente que dejen este artículo: sería una perdida de tiempo para ellos leerlo con una negación constante en sus mentes, en vano.
Bueno, aquí vengo a plantear un mal visto a los fantasmas en las diversas lecturas y películas sobre ellos. No, esos fantasmas no son reales, porque yo los estudié y los conozco bien.
La diferencia primordial entre un fantasma y un ser humano viviente, es el simple hecho de la ausencia de materia por parte del fantasma, además de eso y otras diferencias menores (como la levitación a 1,2 cm del suelo, el fanatismo por el miedo y los monosilábicos "bu" del fantasma), ambos seres comparten una importante faceta: el miedo.
Si, porque los fantasmas temen, y mucho. Pero no como los humanos, ellos no temen a la muerte; acostumbrados a la libertad de sus almas, son claustrofóbicos críticos.
Los fantasmas no suelen atravesar paredes. Y no por una incapacidad (ya que no están hechos de materia), si no por este miedo al que me refería antes.
Nosotros, seres materiales, no podemos saber lo que es la visión total del cemento, macizo. Ellos al atravesar paredes, en el momento en que sus caras se encuentran en el centro del muro, los invade un miedo mortal; la sola visión del componente del que está hecho el muro, de encontrarse atrapados en ese limbo material, de despertar una vieja sensación humana temiendo irritar los ojos llenándolos de polvo y arena, de que el mundo se reduzca a una visión de concreto por siempre.
Por eso los fantasmas evitan las paredes; no soportan la invasión de todo su acotado espíritu, por lo que prefieren el espacio libre.
Es por eso que vengo a llamar a la critica a intolerar las inverosímiles imitaciones de fantasmas que crean falsas verdades sobre la naturaleza de los mismos.
Y que no sea tema de burla las sábanas sobre la cabeza.
Bueno, aquí vengo a plantear un mal visto a los fantasmas en las diversas lecturas y películas sobre ellos. No, esos fantasmas no son reales, porque yo los estudié y los conozco bien.
La diferencia primordial entre un fantasma y un ser humano viviente, es el simple hecho de la ausencia de materia por parte del fantasma, además de eso y otras diferencias menores (como la levitación a 1,2 cm del suelo, el fanatismo por el miedo y los monosilábicos "bu" del fantasma), ambos seres comparten una importante faceta: el miedo.
Si, porque los fantasmas temen, y mucho. Pero no como los humanos, ellos no temen a la muerte; acostumbrados a la libertad de sus almas, son claustrofóbicos críticos.
Los fantasmas no suelen atravesar paredes. Y no por una incapacidad (ya que no están hechos de materia), si no por este miedo al que me refería antes.
Nosotros, seres materiales, no podemos saber lo que es la visión total del cemento, macizo. Ellos al atravesar paredes, en el momento en que sus caras se encuentran en el centro del muro, los invade un miedo mortal; la sola visión del componente del que está hecho el muro, de encontrarse atrapados en ese limbo material, de despertar una vieja sensación humana temiendo irritar los ojos llenándolos de polvo y arena, de que el mundo se reduzca a una visión de concreto por siempre.
Por eso los fantasmas evitan las paredes; no soportan la invasión de todo su acotado espíritu, por lo que prefieren el espacio libre.
Es por eso que vengo a llamar a la critica a intolerar las inverosímiles imitaciones de fantasmas que crean falsas verdades sobre la naturaleza de los mismos.
Y que no sea tema de burla las sábanas sobre la cabeza.
martes, 20 de diciembre de 2011
Manifestaciones pluviales engañosas.
Todos alguna vez vimos llover, o casi todos. La lluvia es un
fenómeno climático caracterizado por la caída de agua de las nubes en forma
líquida.
Ya desde los inicios
de la tierra, ésta fue enfriada por la constante caída de aguaceros sobre el
planeta y desde entonces, se produce todos los días en alguna parte del mundo,
no hay parte del mundo donde no llueva y eso nos lleva a un análisis que podría
servir a cualquier persona que viva sobre la superficie del globo.
Pero el fenómeno
pluvial en sí no es lo que vengo a plantear hoy, si no una situación que éste
puede generar. Todos sabemos que no llueve en todo el mundo al mismo tiempo, si
no que es un acontecimiento que tiene ciertos márgenes, con un fin y un
principio, tanto geográfico como temporal.
Ahora, ¿qué pasa si
justo el linde de esta precipitación se da a mitad de una o más casas?
Una persona podría observar la lluvia caer por una ventana
de su casa y al cerrar las demás, darse cuenta que del otro lado, no llueve.
Este hecho sería el menos trágico. El hecho más terrible se daría en el caso de
que una persona, segura en la mirada soleada del día, realice las labores
normales cuando se da cuenta de que el agua está empezando a entrar a su casa
por una de las ventanas opuestas a la habitación en que se encuentra.
Un relato anónimo de
un indio desconocido, nos cuenta que un día estaba tan atento mirando los
pájaros volar bajo la luz del sol, que no advirtió que del otro lado de su casa
caía un aguacero. Cuando se dio cuenta, estaba con el agua por la cintura y
antes de poder cerrar la ventana, se le hechó a perder todo que tenía dentro.
Este hecho, no tan
anormal, podría causar males muy considerados a personas que la lluvia les
afecte de manera altamente negativa, ya sea por tener suelo de alfombra, rabia,
un pariente enfermo o pocas ganas de secar el piso.
El técnico
electrónico Paulo de Asís creó un sistema de sensores ubicados en las ventanas
de las casas, los cuales emitían una alarma en caso de que se detectaran
precipitaciones en uno de los sensores y en otros no. La maquinaria resultó
altamente costosa para un hecho que se producía tan esporádicamente, por lo que
el invento quedó en el olvido.
Es por eso que hoy
llamo a la concientización de la gente, a que no se deje engañar por un medio-día
soleado, que observe atentamente el cielo desde todas sus ventanas, por que uno
nunca sabe cuando puede caer lluvia a mitad de la casa, nunca se sabe.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Contrateoría de la perfección del cíclope.
Todos deben conocer a esta criatura llamada “cíclope”
oriundo de las islas homónimas. Y el que no la conoce debería leer más sobre
biología griega.
Estos seres, nacidos
del dios Poseidón, son una raza de
gigantes que viven en islas despobladas de humanos y que se dedican
exclusivamente al pastoreo de ovejas.
La característica
principal de estos seres esta dada por poseer un único ojo, y de mayor tamaño,
en el centro de sus cabezas, el cual tiene las mismas utilidades del ojo
humano.
Un libro el cual
tiene un alto desarrollo sobre esta especie fue escrito hace muchos años ya,
por el estudioso Alemán Frederic , que enunció en “El cíclope de las montañas”
lo siguiente; “…los cíclopes son seres perfectos: no solo poseen una sola boca
y una sola nariz, sino que también poseen un solo ojo perfectamente ubicado
sobre su nariz que le otorga mayor simetría que un humano, ya que el humano al
tener dos ojos tiene mas posibilidades de ser asimétrico por alguna anormalidad
que posea uno de los ojos y que el otro no.”
Este artículo que
estoy escribiendo, lo hice en defensa de los humanos. Nunca algo me dolió tanto
como que un humano considerase a otro ser superior. Ahora le pregunto,
ilustrado pensador Lungwitz, ¿Nunca se puso a pensar de qué lado del ojo tienen
lo cíclopes su lagrimal?
Es innegable que el
cíclope posee un lagrimal en alguno de los lados de su ojo; es más que obvio el
hecho de que cuando Ulises clavó su estaca en el ojo de Polifemo, este lloró
ante la impotencia de no poder acusarlo y por su gran dolor.
Entonces bien, el
hombre tiene más posibilidades de ser imperfecto, pero puede poseer dos ojos
iguales y simétricos. En cambio, el cíclope nunca será simétrico, ya que su
lagrimal quiebra con la ciclópea simetría. Además, la figura de un cíclope
llorando es totalmente desmesurada ya que se puede observar todo un costado de
la cara del gigante húmeda y la otra seca.
Tampoco se puede
alegar el hecho de que un cíclope tenga dos lagrimales ¿Dónde se ha visto eso?
El ojo del cíclope no aguantaría tales cantidades de agua y viviría con conjuntivitis.
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