Fue ésa la primera vez,
recuerdos de una pantalla.
Te movías como una preciosa flor,
pero con polen de algo más.
Deshojé, el curioso ser
y me agarro por el cuello.
Lejos de la tierra y tan cerca del suelo,
esperando el vómito de las estrellas.
Un tallo de un verde violento,
sus raíces dentro de mi espalda.
Una triste forma de amor,
que acaba en un vuelo anhelado.
La mancha no sale de la pared,
(grita a veces por las noches)
Bosque de cactus puraespina,
sirena de ciudad.
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