Todos alguna vez vimos llover, o casi todos. La lluvia es un
fenómeno climático caracterizado por la caída de agua de las nubes en forma
líquida.
Ya desde los inicios
de la tierra, ésta fue enfriada por la constante caída de aguaceros sobre el
planeta y desde entonces, se produce todos los días en alguna parte del mundo,
no hay parte del mundo donde no llueva y eso nos lleva a un análisis que podría
servir a cualquier persona que viva sobre la superficie del globo.
Pero el fenómeno
pluvial en sí no es lo que vengo a plantear hoy, si no una situación que éste
puede generar. Todos sabemos que no llueve en todo el mundo al mismo tiempo, si
no que es un acontecimiento que tiene ciertos márgenes, con un fin y un
principio, tanto geográfico como temporal.
Ahora, ¿qué pasa si
justo el linde de esta precipitación se da a mitad de una o más casas?
Una persona podría observar la lluvia caer por una ventana
de su casa y al cerrar las demás, darse cuenta que del otro lado, no llueve.
Este hecho sería el menos trágico. El hecho más terrible se daría en el caso de
que una persona, segura en la mirada soleada del día, realice las labores
normales cuando se da cuenta de que el agua está empezando a entrar a su casa
por una de las ventanas opuestas a la habitación en que se encuentra.
Un relato anónimo de
un indio desconocido, nos cuenta que un día estaba tan atento mirando los
pájaros volar bajo la luz del sol, que no advirtió que del otro lado de su casa
caía un aguacero. Cuando se dio cuenta, estaba con el agua por la cintura y
antes de poder cerrar la ventana, se le hechó a perder todo que tenía dentro.
Este hecho, no tan
anormal, podría causar males muy considerados a personas que la lluvia les
afecte de manera altamente negativa, ya sea por tener suelo de alfombra, rabia,
un pariente enfermo o pocas ganas de secar el piso.
El técnico
electrónico Paulo de Asís creó un sistema de sensores ubicados en las ventanas
de las casas, los cuales emitían una alarma en caso de que se detectaran
precipitaciones en uno de los sensores y en otros no. La maquinaria resultó
altamente costosa para un hecho que se producía tan esporádicamente, por lo que
el invento quedó en el olvido.
Es por eso que hoy
llamo a la concientización de la gente, a que no se deje engañar por un medio-día
soleado, que observe atentamente el cielo desde todas sus ventanas, por que uno
nunca sabe cuando puede caer lluvia a mitad de la casa, nunca se sabe.
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