jueves, 21 de octubre de 2010

Seres...

Seres... casi todos trasparentes, pero de manchas grises. Es muy difícil encontrar un ser para compartirlo todo. Un ser con que uno se pueda ensamblar, complementar, compartir.
  Usualmente se desperdician estos seres, se los trata como a un desconocido, cuando debe ser un Dios... la fraternidad optativa es una de las cosas mas preciadas que una bendición puede otorgar.
  Hoy me voy a referir con esto a un pequeño serPontífice, un amigo de, prácticamente, toda la existencia. Aunque nunca antes llegó a ser lo que es ahora, siempre lo tuve cerca.
  Nuestra relación tiene una superficie especial. Es como acariciar la lija, pero de las de grano fino, las que dan un sensación extraña. Podemos ser agrios como la hiel, que quema la garganta, o suaves como la seda, una seda que se desliza entre las manos.
  Lo mas valioso de estos seres son su capacidad de lealtad en todas circunstancias. Uno podría morir de soledad, y a su vez morir por ese ser. Quizás mi amistad es puro egoísmo, quizás necesito alguien que me pase un brazo por sobre los hombros, alguien que me eduque en mis imprudencias, alguien que me defienda ante mis enemigos, algún ser...
  En este momento se podría anunciar que lo evoco por su disposición a expresar mis visiones en imágenes, en arte visual, para acompañar lo que escribo, en este blog. Pero además es un ser, de carne y hueso, transparente y gris.
  Es por eso que lo evoco, para mostrar que él es una marca en mi  espíritu, que es un gran ser, de los que te dan la mano para toda la vida. Pontífice, gran amigo.
Otra imagen sacada del pensamiento, otra colaboración de pontifice-inexacto.blogspot.com

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