Quisieron envenenarlo,
pero él era el antídoto.
Quisieron acuchillarlo,
pero él era hierro forjado.
Quisieron seducirlo,
pero él era la mujer.
Quisieron sobornarlo,
pero él era el dinero.
Quisieron abusarlo,
pero él era el sexo.
Quisieron incinerarlo,
pero él era el sol.
Quisieron dominarlo,
pero él era el látigo.
Fueron mas allá de sus mentes y quisieron buscarlo,
pero no existía tal dios.
Unos versos muy originales.
ResponderEliminarLa felicidad se encuentra en pequeños instantes sencillos, y dura unos momentos, no siempre es eterna.
Besos.
Detrás de los eucaliptos habitan los miedos.
ResponderEliminarQuien es mucho, termina sin ser nada.
ResponderEliminarQue no busquen más, que lo más lindo llega sin ser buscado.
Te extraño.