Dos dioses-cristal se medían,
cada cual buscando la debilidad en el otro,
un punto flaco.
Un inmortal buscó sangrar al otro,
pero sus cuerpos de vidrio estallaron en mil pedazos,
Sembrando sus polvos de discordia en los ojos de los hombres.
Ahora los dioses viven de la ceguera de su pueblo.
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