sábado, 8 de mayo de 2010

Paranoia numerada (Parte 1)

Llega a su casa después de su tan cansador día en ese trabajo de mierda que siempre piensa en dejar. Destruida, solo piensa en una cosa: una tranquilizante ducha bajo el agua caliente. Cuelga el sobretodo en el perchero y se dirige al baño, se saca el buzo, la remera, el corpiño, y cuando se saca los pantalones, un papel cae al suelo. Por pura curiosidad, lo levanta y lo mira. Era simplemente un número que no le decía nada: "1749". Lo guarda en el bolsillo del buzo porque no tenía donde tirarlo. Se termina de desvestir y entra en la ducha. El calor del agua le descongela las orejas gélidas por el frio del exterior. Regula la temperatura y se sume en una tranquilidad única de los baños de agua caliente.
Cierra las canillas, sale por detrás de la cortina y agarra un toallón siempre preparado para después de bañarse. Se pone el pijama agujereado de todas las noches y sale del baño. Prende la estufa, acerca las manos para que se calienten y empieza a pensar que va a comer. Prefirió algo rápido para acostarse temprano, estaba agotada. Después de calentar y comer la breve cena, apaga las luces, se encierra en su pieza y se acurruca bajo las sábanas.


Se levanta a las nueve del otro día más agotada aún;todabía dormida, se empezó a preparar para la entrevista. Piensa que si lograba encontrar un mejor trabajo, mejorarian mucho las cosas. Se sube al colectivo que venía semivacío; tenía una hora de viaje. Se sienta en uno de los últimos asientos, en uno doble, vacío. Se pone a juguetear con el cordón del buzo y mira en los bolsillos. Encuentra un papel e inmediatamente recuerda la escena del día anterior. Aburrida, dobla el papel en cuatro partes, lo desdobla, lee una y otra vez el número, lo memoriza, intenta relacionarlo con algún hecho... Nada, mira la altura a la que está; Micos al mil quinientos. Ella tenía que bajarse al mil novecientos.
Por un instinto que no pudo evadir, baja al mil setecientos. Comienza a caminar mirando la numeración de las casas. Mil setecientos trinta y cinco, mil setecientos cuarenta y tres... Pero al ver que el número mil setecientos cuarenta y nueve no estaba, se desiluciona extrañamente ¿Cómo podría desilucionarse por una casa que ni siquiera tenía intención de visitar? Sigue su camino a las oficinas pensando por qué habia hecho tal idiotez...

Continuará...

3 comentarios:

  1. Es tan cotidiano! Que continúe!
    Un par de salvedades (esto es un consejo, va en bandeja, o lo tomas o lo dejas ? :P ):
    1) Si empezás en pasado (llegó) tenés que seguir en pasado. Sino, no hay concordancia entre los tiempos verbales. O deberías pasar todo a pasado, o cambiar el "llegó" por un "Llegaba".
    2) Hay algunos pequeñísimos errores de ortografía.

    That's it.
    Me gustó mucho
    Besitos :D

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  2. Me encantó , realmente , no es como lo habia imaginado pero me parece muchisimo mejor asi.Es atrapante y ya quiero ver que se te ocurre para el final :P
    Besos

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  3. muy bueno che!! a ver para cuando la segunda parte

    abrazo

    P.D.: lo de no publicar nada en mi blog es transitorio, hasta qe supere un bajon qe me agarro u.u

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