Un ensueño de estrellas lejanas
En vaga ansiedad de sangre de helio
Una ansia de luces fugaces que estallen
Y una realidad de fuego en implosión.
Esa implosión,
Resguardada por miles de ojos de madera.
Millones de mesas de miles de ojos de madera
Una luz que se apaga junto a mis libros.
Escondo mi rostro corrompido junto a los escombros,
Son las brisas que atraen a los carroñeros de vómito rojizo.
Nada es visible en un mar de estrellas que dan sombra
La luz solo la posee el escritor y el comerciante
Mis ojos oscurecen con una noche de humo y calambres
Es hora de descansar,
Mañana a las seis, nazco de raíces rojas.
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