Los pies se mueven como pueden,
sin una razón para ir a algún lugar.
Sin una motivación que pueble sus cuerpos
buscan una luz en las ventanas de los callejones.
Bajo su destino incierto,
Ellos cada noche le preguntan a la luna
si alguna vez tendrán un alma.
Arrastrandose alrededor de las vías,
la locomotora los aturde,
el mecanismo que corre.
Buscan la música de aquél traqueteo.
Bajo su destino incierto,
Ellos cada noche le preguntan a la luna
si siquiera puedan llorar.
Sus ojos están perdidos
en su película gris.
Buscan el arcoiris
en la condensación sobre el vidrio que los separa del mundo.
Bajo su destino incierto,
Ellos cada noche le preguntan a la luna
si respirarán alguna madrugada su luz amarilla.
La luna es lacrimógena y le excita que uno le pregunte cosas, por eso debe ser que brilla tan poderosa.
ResponderEliminarAbrazos.